Bonito día el de hoy. Cielo nublado y un viento de lo más molesto. Acabo de llegar a casa de no correr el circuito de Mapoma Torrejón; me he situado al otro lado de la barrera, acompañando a Pilar Whitetower, y en calidad de cronista, fotógrafa, apoyo logístico y moral. No he querido participar porque me siento como el clima de hoy, no me apetecía sentir la presión (y la incontinencia urinaria) que una carrera significa. Sí tengo necesidad de salir a trotar esta tarde, pero a mi aire, pensando en mis cosas, de manera distraída.
Movimiento de sístole y diástole, contracción y relajación.
Dejemos la metáfora, os quiero relatar lo que me pasó ayer, y esto, requiere humor, porque hay situaciones tan rídiculas y al mismo tiempo, tan absurdas, que solo pueden ser contadas así. Tarde de ayer, excursión a Vallecas, con novio, madre, hermana, cuñado y 2 sobrinos de 3 y 4 años de edad. Imaginad la película El Verdugo, en aquella escena donde Emma Penella, (curiosamente su personaje se llamaba Carmen), Nino Manfredi, (Daniele es italiano) y Pepe Isbert, (que no el Gitane), visitaban el pisito que el Gobierno les había concedido a la pareja con motivo del ingreso en el Funcionariado del pobre diablo áquel.
En vez de subir escaleras para desarrollar nuestras portentosas piernas de runner, decidimos tomar el ascensor, con tan mala suerte que se bloqueó y nos quedamos encerrados entre 2 pisos. Recuerdo que es un edificio donde no vive NADIE todavía. Está claro que a mí esta semana me ha mirado un tuerto, no me puede pasar ya nada más. Rápidamente visualizo la escena de compartir el aire viciado con 5 seres vivos más durante un tiempo indeterminado, quizá horas, vete tu a saber. Conseguimos contactar con urgencias tras varios intentos fallidos, y así los bomberos llegaron a nuestro rescate. De coña, esto es increible.
Qué sensación tan asfixiante, qué horror, no poderte mover en un espacio tan reducido, el corazón se acelera y la ansiedad hace acto de presencia; uno trata de mantener el tipo y no agobiarse, la mente tiene que trabajar para que esto no ocurra.
Movimiento de sístole, contracción y tensión, no?
Por eso hoy la sangre tiene que salir disparada a chorro, en propulsión, relajar el músculo y que recorra el cuerpo, (o Torrejón, claro está), buscar espacio abierto y dejar fluir todo, diástole pura, remedio contra la ansiedad.
Movimiento de sístole y diástole, contracción y relajación.
Vuelvo a la carrera. Pilar Whitetower y yo llegamos a recojer el chip alrededor de las 9. Me empiezo a arrepentir de no haberme calzado las Carrefour 2000, pero ya no hay nada qué hacer, sólo aprovechar la experiencia diferente de ser un mero observador.
Road to Torrejón, (Pilar Whitetower)
Nos encontramos a Jota Pataliebre y su amigo Juan, intercambios verbales varios y fotito de recuerdo. Les acompaño a la salida, y cuando empieza la carrera, me paseo por Torrejón, vértice del Corredor del Henares, más conocido por ser la cuna del tunning periférico. En dirección a la compra del dominical, espero encontrar a algún Richard Gere sacado de aquella infame película llamada Oficial y Caballero, pero sólo hay algún vecino aislado aireando al perro. Me meto en la primera cafetería que veo a tomarme un cafelito y un croissant a la plancha.
IMPortante: IMPrescindibles IMPerdibles
Sandwich de Pataliebres y Whitetower
Sincronización en Torrejón
Vuelta al polideportivo para ir desenfundando la cámara y retratar las llegadas de los participantes. Pilarin rin rin ha bajado un minutillo el tiempo, (aprox 59') y ha entrado junto a Juan, amigo de Jota Pataliebre (41'). Más intercambios verbales y despedida del lugar con nuestras flamantes bolsas de corredor.
Movimiento de diástole, relajación, que la sangre salga propulsada...esta tarde, amigos. Besos y feliz domingo nublado. Carmencita.
1 comentario:
Gracias Carmen por compartir con nosotros, tu crónica. Y me parece muy buena idea que la retardes. Haber si os animais y vais a Pozuelo. Ya hablaremos.
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